viernes, 7 de septiembre de 2012

5. Mi maldita suerte

Mientras mantenía hundida mi cabeza en la almohada y mis lagrimas empapaban todo mi rostro, escuche que algo golpeaba la ventana pero no estaba dispuesta a ver quien era, mi madre y Roger no habían llegado, aun seguían hablando con la maldita bruja, de nuevo el golpe de la ventana, maldita sea quien demonios era tan irritante, no quería hablar con nadie la única idea tentadora era pararme delante de un tren, pero obviamente no le iba a dar tanta ganga a la muerte, me levante de mi cama y fui hasta el lavabo, el rímel se me había esparcido por toda la cara parecía la protagonista de una tétrica película de horror, Andrew... era el único pensamiento que surcaba el mar perdido de mi mente, cuando había tenido el valor de decirme lo que sentía, justo mientras me prometía no alejarse de mi, el mundo nos separa ¿y ahora que haré yo sin el? mi mejor amigo, mi todo, algo en la ventana llamó mi atención, se veía algo escalando el árbol que da a mi ventana, me asuste así que me monté en mi cama con mucha rapidez, de repente en la oscuridad de la noche, se abrió la ventana, y vi una silueta que se me hacia muy familiar, tenía miedo pero no demasiado, encendí la luz y cuando me di vuelta, me sentí muy feliz, era Andrew, el era quien tocaba a la ventana, se veía muy triste, nunca lo había visto así, salí corriendo y le di un fuerte abrazo, - Pensé que no volvería a verte hasta que volviera del maldito internado-  sus ojos se llenaron de lagrimas el dolor de su corazón era muy obvio casi podia palparlo con mis propias manos, -No dejare que te alejen de mi Heather no ahora que te tengo aquí, de esta forma, no ahora que te haz convertido en mi vida- queria poder evitar todo devolver el tiempo e insultar a la maldita Abigail y que esto fuera solo una horrible pesadilla como a las que estaba acostumbrada, pero a quien quería engañar esta es mi maldita realidad, sin padre, sin madre, sin hermanos, y sin el -Si pudiera hacer algo para cambiar las cosas lo haría fuera lo que fuera, pero Andy debemos aprender a vivir con esto, porque esto es lo que somos y lo que siempre seremos, nada ni nadie lo puede cambiar-, -No me dejes, huye conmigo Heather a otro lugar donde nadie nos diga que hacer donde solo seamos tu y yo-
-No... creeme que quiero, se que esto es injusto con ambos, pero hay algo aquí en mi corazón que me dice que es lo correcto-
-Sabes que te amo y nunca dejare de hacerlo-
- Lo sé patético, tambien te amo ahora limpia esas lagrimas que nublan tus hermosos ojos y abrazame-
Andrew sollozaba en silencio, trataba de no imaginar las locuras que haría mientras no estuviera con el, solo espero que Lorraine lo cuide, porque si algo le ocurre a la que matare será a otra. Se acerco a mi con los brazos abiertos y mientras me abrazaba con fuerza, me dijo:
- Se que será imposible que me olvides, pero si no es mucho pedir me gustaría que me dieras algo aunque sea para recordar tu tacto-
-Dime que deseas y será tuyo-
- No me hagas decirlo en voz alta sabes que me daría vergüenza- dio una pequeña risa, se burlaba de mi era obvio.
-Ohh... eso! ja...! nunca dejas de intentar amigo-
- Hasta que ya no respire!- siguió riendo en mi cara, le diría ni lo sueñes si hubiese sido en otra situación, pero no quería abandonar londres sin llevarme una parte de lo mas importante de ahí conmigo, solo me limite a asentir con la cabeza, se acerco con mucha suavidad como si tuviera miedo de que el momento pasara demasiado rápido, me empine, todos saben que soy patéticamente gnomo y el es patéticamente alto, puso una mano en mi cintura y sin ningún tipo de delicadeza me acerco hacia el, o por Dios!, nunca había tenido tan cerca a un hombre que no fuera mi padre, raro si lo se pero simple, se acercaba cada vez mas, sus labios rosas y carnosos se veían muy provocativos eran como el néctar que nunca querría dejar de probar un maldito vicio simplemente eso, me declaro viciosa de ser así porque estoy segura que cuando termine no sobreviviré dos días sin otro, -Heather no me olvides- sonreí como una idiota, y nuestros labios se fundieron en un profundo e increíble beso, el sabor de sus labios era mas de lo que imagine y fue como si una llamarada infernal me envolviera por fin deje de sentirme sola y desprotegida, todos mis problemas se habían evaporado solo existíamos los dos, nada mas importaba, me besaba con suavidad como si temiera que mis labios se desmoronaran en su boca pero no dejaba de ser un "chico malo" como el mismo se auto denominaba, simplemente el momento mas perfecto de mi vida, jamas hubiera pensado en otra persona para darme mi primer beso, fue una antorcha de esperanza en un bosque de oscuridad, la luz que combatía cada tiniebla en mi interior, simplemente él.

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